El miedo al dentista es frecuente entre los niños y los adultos. Es una condición que puede acarrearte problemas, obligarte a posponer algún tratamiento y, en ocasiones, hasta las simples revisiones de rutina.

Combatiendo la fobia al dentista

Existen algunos consejos que pueden ayudarte a sobrellevar este temor, casi siempre infundado. Así tú o tu niño podréis ir a las revisiones o tratamientos de una forma mucho más serena. Puede que en algún momento hayas sentido un intenso dolor o hayas pasado por una experiencia traumática, pero no hay razón para que esto se repita.

Conoce la clínica

Visitar el lugar donde está ubicado el consultorio al que acudirás es una manera de familiarizarte. Así, podrás evitar el exceso de estímulos que producen los lugares desconocidos. Por otra parte, verás a los pacientes salir con toda normalidad, lo que te convencerá de que no hay nada qué temer. Lo mejor es hacerlo unos días antes de la cita, para que interiorices la experiencia.

Hazte acompañar

Conversa con alguien que no tema a los tratamientos odontológicos acerca de las razones de tu angustia; esto te servirá como terapia. El día de la cita haz que esa persona te acompañe para distraerte con la conversación y sentirte más tranquilo. Además, podrá persuadirte si en el último momento te gana el miedo y tomas la decisión de no entrar al consultorio del dentista.

Escoge el dentista

Una persona serena te transmitirá ese sentimiento de inmediato. Indaga entre tus amistades para encontrar a alguien con mucha paciencia y una actitud amigable.

Comunícate con el odontólogo

Tu temor no tiene que generarte vergüenza, pues es mucho más frecuente de lo que puedas pensar. Estos profesionales están acostumbrados a lidiar con la odontofobia y no se sorprenderán si les explicas que estás asustado.

Ponte de acuerdo con una seña para comunicar que necesitas una pausa durante el tratamiento: puede ser algo como levantar una mano.

El día de la cita

No debes llegar demasiado temprano pues la anticipación aumentará tu ansiedad. Por el mismo motivo es mejor reservar una cita a primera hora, para que no pases el día angustiado.

Lleva música relajante

Concentrarte en tu música favorita hará que te relajes y que aceptes los procedimientos de una forma más tranquila. Los auriculares te permitirán aislarte del ambiente.

Piensa en los avances

La odontología ha evolucionado notablemente y hay tratamientos mucho menos invasivos y con menor dolor. Además, el instrumental no es tan evidente y los tornos son más silenciosos. Ahora tampoco debes temer siquiera al pinchazo de la anestesia, pues se coloca antes un producto que insensibiliza la encía.

Considera la sedación

Mantener la dentadura sana es una responsabilidad que tienes para contigo mismo. Por ello, si con los consejos previos no logras controlar tu temor, puede que sea fobia al dentista y la sedación entonces es necesaria. Las hay inhaladas o intravenosas, pero no te dormirás; solamente sentirás una profunda relajación.

Recuerda que el miedo al dentista es en realidad el temor a sentir dolor e incomodidad. Esto no tiene ya justificación, especialmente, si te pones en manos de los expertos odontólogos de la clínica.

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