Por diversas razones podemos perder una o varias piezas dentales. También es posible que una pieza requiera ser extraída o que no sea posible su reconstrucción. En cualquiera de estos casos será necesario colocar diferentes tipos de implantes dentales. De esta manera se sustituyen nuestras piezas dentales originales por otras, de forma segura y duradera.

Estas prótesis son muy duraderas siempre y cuando se mantengan las indicaciones de nuestro dentista. Una higiene adecuada y revisiones periódicas son cuidados fundamentales para que los implantes duren muchos años. Normalmente, con un mantenimiento correcto, los implantes pueden durar muchos años o incluso toda la vida.

Los implantes dentales completan nuestra sonrisa, asegurando que cuente con todas sus piezas. Pero deben colocarse no solo por motivos estéticos. Los implantes dentales también ayudan a que tengamos una buena mordida y a que nuestra salud bucodental no se vea afectada.

Tipos de implantes dentales

Según su material:

Zirconio:

Se trata de un material cerámico, muy resistente y duro. Su color es blanco y por tanto, muy parecido al de las piezas dentales originales, logrando un resultado bastante estético. El zirconio es muy resistente a la corrosión de los ácidos, evita la formación de placa y no genera ningún problema por cambio de temperatura. Con este material, si se cumplen los cuidados y mantenimiento adecuados, el implante tendrá una duración muy larga. Este material es muy útil para aquellos pacientes que sean alérgicos al titanio.

Estos implantes se realizan mediante biointegración. Es decir, la unión química que se produce a través de una capa formada entre la superficie del implante y la del hueso. Por tanto, es una unión más intensa y rápida que la que se produce mediante osteointegración.

Con el paso del tiempo el nivel óseo alrededor de los implantes se mantiene intacto, reduciendo las posibilidades de contraer infecciones originadas por bacterias sub-gingivales.

Titanio:

El color de este material es parecido al acero, solo que este es más ligero, pero con gran dureza y fácil de moldear. Tradicionalmente se ha usado más este material que el zirconio, ya que se trata de un material con alta biocompatibilidad, evitando que el organismo no rechace.

Con los implantes de titanio se utiliza la técnica de la osteointegración para ser colocados. Utilizando esta técnica, se realiza una unión mecánica por la que las células del hueso se adhieren a la superficie del implante. De esta manera, se consolida de manera progresiva la fijación al maxilar.

Según su forma de colocación:

  • Implante dental de carga inmediata: Mediante este método se coloca el implante dental y se fija la corona en el mismo momento. Se necesita una buena cantidad de hueso para poder realizarlo y cuenta con la ventaja de no necesitar abrir la encía para insertar el implante.
  • Implante dental en dos fases: En la primera fase, el implante se introduce y se integra en el hueso. Pasados unos meses, se lleva a cabo la segunda fase, colocando el pilar y la corona

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