Nuestro peque ya no es un bebé. Graduado en Infantil, ya ha dado el salto a Primaria, empieza a cambiar los dientes de leche por los definitivos hasta el punto de que Pérez es una visita habitual en casa, mientras los papás prestamos mucha atención a este hito de la vida de nuestros hijos, alertas ante cualquier señal sospechosa. Concentrados en este proceso natural de transición a los dientes permanentes, a muchos todavía se nos pasa por alto la salida o erupción de una de las piezas dentarias más importantes de nuestra boca: el primer molar permanente, las conocidas como “muelas de los 6 años”.

 

¿Qué es el primer molar permanente o muelas de los 6 años?

El primer molar permanente es una de las estructuras dentarias más importantes para el desarrollo de una apropiada oclusión dental –que los dientes de la arcada superior encajen con los de la inferior–, facilitando el buen funcionamiento de la boca a la hora de morder, masticar, tragar o hablar.

Los primeros molares permanentes son las primeras piezas dentales definitivas que erupcionan y conviven con la dentición primaria o de leche de los niños, saliendo generalmente alrededor de los 6 años de edad, detrás de las dos primeras “muelitas” de leche o temporales, de ahí que se los conozca como las “muelas de los 6 años”.

La erupción “silenciosa”, que pasa desapercibida

No es habitual que el pequeño se queje de molestias –dolor de cabeza, de oídos o, directamente, de boca– durante los meses que dura el “nacimiento” de estas muelas, de ahí que la erupción del primer molar permanente pase prácticamente desapercibido para muchos papás. A esto contribuye que no sale para sustituir ninguna pieza temporal visible y erupciona detrás o a continuación de las dos primeras muelas de temporales o de leche, convirtiendo a estas muelas definitivas en prácticamente invisibles durante buena parte del proceso de erupción.

Porque no duelen al erupcionar, porque no sustituyen a una pieza de leche y porque en principio no se ven, se traduce en muchos casos en que las muelas de los 6 años no se limpian y se cepillan convenientemente hasta que están totalmente fuera, es decir, cuando ya es demasiado tarde y la caries ha hecho su aparición.

El primer molar permanente, la pieza dental que más se extrae en el mundo por que no se trata a tiempo

En las últimas décadas y gracias a la importante labor realizada en concienciación en salud bucodental, los papás están cada vez más atentos a esta etapa de la dentición infantil. Aún así las muelas de los 6 años continúan siendo las que menos tiempo de vida sana tienen en la boca y la pieza dental que más se extrae, incluso a edades tempranas.

Además de por lo ya explicado –la edad a la que erupciona el primer molar permanente y la circunstancia de que su salida pase en muchas ocasiones desapercibida–, esto se debe a la propia anatomía de las muelas de los 6 años –con surcos y fosas muy profundas que favorecen la retención de la placa–, a la falta de maduración de la pieza dental –siendo más sensible a la desmineralización durante su erupción– y al modelo de alimentación infantil actual, muy rico en carbohidratos y azúcares, determinantes en la aparición de la caries. De ahí la importancia de, además de los buenos hábitos de higiene y la atención a cualquier cambio en la boca de nuestros niños, las revisiones periódicas con el odontopediatra, fundamentalmente en esta etapa tan trascendental de la dentición.

Desde bebés, las revisiones con el odontopediatra, tan importantes como las del pediatra

Pocos papás se saltan las revisiones periódicas con el pediatra, conscientes que éste puede detectar cualquier alteración en el desarrollo del bebé. En salud bucodental también es fundamental la prevención y cada día son más los papás que acuden con sus peques al odontopediatra, pese a que el niño no presente ninguna patología, para revisar la correcta erupción de dientes de leche, correcto desarrollo maxilar, descartar la presencia de caries, controlar factores de riesgo,…

Al igual que en salud general, el odontopediatra valora los factores de riesgo de cada niño y, en función de los mismos, recomienda una programación de revisiones dentales, manteniendo como mínimo una revisión dental anual hasta los 5 años. A partir de esta edad, coincidiendo con el comienzo de recambio de los dientes de leche y la inminente erupción del primer molar temporal las revisiones suelen hacerse cada 6 meses.

Fluorización y sellado dental

A nivel preventivo, la fluorización y el sellado de fisuras se han demostrado como métodos eficaces de la prevención de la caries. Lo habitual a partir de los 6 años es usar pasta dental con 1450 ppm de ión flúor, pero el odontopediatra, tras la revisión, puede incrementar esta concentración hasta los 5000 ppm en función del riesgo de caries del niño. El sellante dental, por su parte, es una barrera de protección que previene a las piezas dentales del contacto con resto de alimentos y bacterias, ofreciendo una protección adicional en los surcos y fisuras de las piezas dentales. Pero el sellador solo puede aplicarse en zonas totalmente libres de caries, de ahí nuestro continuo énfasis en la importancia de las revisiones preventivas.

 

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