El mejor blanqueamiento dental es siempre aquel que mejor se ajuste a las características de la dentadura y al motivo que haya provocado la necesidad de este tratamiento. A continuación, se comentan todas las características de esta alternativa diseñada para recuperar la sonrisa.

¿Por qué se producen las manchas en los dientes?

La tinción dental aparece por una serie de motivos que pueden evitarse con facilidad:

– El consumo de alcohol y de tabaco.

– Una higiene dental poco adecuada o nula.

– El uso de medicamentos que afectan al esmalte. Como se indica con posterioridad, algunos antibióticos de uso común suelen provocar manchas que sí pueden eliminarse con el tratamiento adecuado.

– No someterse a revisiones periódicas por parte de un odontólogo. Es el único que puede detectar cuándo se ha alterado el esmalte para tomar las decisiones más eficaces al respecto.

¿En qué consiste el blanqueamiento dental?

Básicamente, en usar un gel, de peróxido de hidrógeno o de carbamida, que se introduce en una férula a la que se le aplica una luz (LED, de plasma o halógena) para lograr eliminar las manchas superficiales. Tras unos minutos, se retira todo y se comprueba el resultado obtenido.

Esta operación también se puede llevar a cabo con un kit en casa del paciente, pero el mismo ha de ser aconsejado por el dentista para disfrutar de los efectos más oportunos. Tras la aplicación del tratamiento hay que evitar, durante 24 horas, consumir alimentos con pigmentos que pudieran manchar las piezas dentales.

¿Cuál es la mejor opción?

Siempre, la que recomiende el especialista. Los productos que se compran en la farmacia pueden parecer eficaces, pero quizá no lo sean tanto si no se cuenta con el diagnóstico de un odontólogo que aclare si la solución escogida va a funcionar en cada caso particular.

Por ejemplo, la tetracicilina es un antibiótico muy usado para curar las infecciones padecidas por niños. Su consumo altera, sensiblemente, el esmalte dental tiñéndolo de marrón. En este caso, el blanqueamiento es eficaz, pero necesita ser practicado por un especialista. La luz láser suele ser la más recomendable en estos casos para conseguir resultados desde la primera sesión.

Es decir, el mejor blanqueamiento es aquel que pone en práctica un profesional de la odontología que, sobre todo, conozca el historial médico de la persona o sus costumbres en lo que respecta al consumo de bebidas o sustancias que provoquen las consecuencias ya explicadas.

Debe aclararse que si se sufre una tinción de segundo grado, el blanqueamiento no es la mejor opción y habría que apostar por opciones como las carillas dentales. Igualmente, el uso habitual de geles blanqueadores sin supervisión médica puede provocar una pérdida de densidad en el esmalte que podría conllevar la rotura de las piezas dentales.

Así, el mejor blanqueamiento dental es aquel que se practique por parte de un odontólogo que podría recomendar algunas sesiones de repetición en casa del paciente con una serie de productos. No es conveniente poner en juego la salud dental, resulta más adecuado confiar, exclusivamente, en profesionales para diseñar la sonrisa perfecta.

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