Desde que a comienzos del siglo XX se demostró científicamente que los dientes con caries tenían un contenido menor en fluoruros que los dientes sanos, el flúor y la salud bucodental infantil empezaron a caminar de la mano. Sin embargo, en la actualidad y desde que la revista científica Lancet identificó al flúor como neurotóxico, existe una gran preocupación por la toxicidad que pueda provocar en los dientes y en el resto del organismo. Vamos a explicar qué es el flúor, en qué nos beneficia y cómo debe de administrarse a los niños.

 

¿Qué es el flúor?

Pero empecemos por el principio: ¿qué es el flúor? El flúor, o más exactamente, el ión flúor, es un mineral natural presente en la naturaleza, fundamentalmente en el agua, desde donde pasa a todos los organismos vivos. En cantidades muy pequeñas, todos los alimentos contienen fluoruros, en especial pescados, frutas y hortalizas, dado su alta composición de agua. El flúor está en el agua del mar, de las fuentes y manantiales. Y desde que en los años 30 del siglo pasado se descubrió que las personas que tomaban agua naturalmente fluorada presentaban un índice de caries menor que las que vivían en zonas de agua con escasa fluoración, empezó a añadirse fluoruro a todo el agua de consumo público, logrando que el número de caries en la población disminuyese entre un 20 y un 50%, dependiendo de las regiones.

¿Cómo actúa el flúor contra la caries?

El fluoruro previene contra la caries de dos formas: fortaleciendo y endureciendo el esmalte de los dientes en niños y adultos; y remineralizando la superficie dental, al evitar que los ácidos de la saliva desgasten el calcio y el fósforo de las piezas dentales. El flúor actúa sobre los dientes haciéndolos más resistentes al ácido y revirtiendo en los signos tempranos de caries. Por eso LOS NIÑOS NECESITAN FLÚOR para proteger sus dientes en su etapa de desarrollo, fluoruro que reciben, generalmente y salvo indicaciones expresas del dentista, a través de una dieta variada y nutritiva, el agua y la pasta dental.

¿Pero no dicen ahora que el flúor es un neurotóxico?

Efectivamente, en la actualidad el flúor aparece en el listado de productos químicos industriales que afectan al desarrollo neurológico prenatal. Pero las evidencias científicas más recientes han evidenciado que esta toxicidad se produce más por la acción tópica que sistemática. Lo vas a entender muy rápido: los fluoruros que ingerimos a través del agua y de los alimentos no solo no son perjudiciales, el organismo los necesita para su correcta mineralización (vía sistemática); son los suplementos industriales fluorados (vía tópica) –suplementos de flúor, fluoruro tópico, pastas dentales y otros productos para el cuidado bucal–, los que pueden resultar nocivos, por acumulación.

Explicado esto, la embarazada tendría que haber ingerido cantidades muy altas y nocivas de flúor tópico a lo largo de su vida, para que éste pase a través de la sangre al feto, ejerciendo un efecto negativo en el desarrollo neurológico del bebé. El primer síntoma de esta “intoxicación” por flúor es la fluorisis dental por el consumo de demasiada cantidad de fluoruro durante la formación de los dientes, es decir, antes de los 8 años. La mayoría de estas fluorosis no son graves, ni afectan a la salud, pero es importante que el experto dental las detecte, de ahí la importancia de las revisiones odontológicas previas y durante el embarazo.

La concentración de flúor en el agua de consumo público en España es muy baja

La Organización Mundial de la Salud sigue declarando que la fluoración del agua es la mejor medida de salud pública contra la caries. En la actualidad la concentración de flúor recomendada es de 0,7 mg/l, frente a los 0,7-1,2 mg/l que se recomendaban hasta 1960. Este cambio se basa en que el flúor del agua también se incorpora a la cadena alimenticia, por lo que la fluoración también se realiza a través de la dieta. En España la concentración media flúor en el agua es menor de 0,7 mg/l, hallándose la media nacional en 0,3 mg/l.

Estos datos de fluoración del agua los conocen los dentistas, de ahí que las recomendaciones de los odontopediatras con respecto al flúor varíen no solo dependiendo de la edad de los niños, sino también de la zona geográfica. Pero en esencia, en zonas donde se bebe agua con más de 0,3 mg/l, salvo en casos de riesgo de caries dental, el odontopediatra lo que recomendará siempre es hacer la higiene oral diaria con una pasta de dientes con flúor.

Pasta de dientes infantiles

Se han realizado numerosas revisiones durante la última década sobre qué productos de higiene dental deben usar los niños y, a día de hoy, estas son las recomendaciones de la Sociedad Española de Odontopediatría:

De 0 a 3 años: Es obligado comenzar la higiene de los dientes tras la erupción del primer diente temporal o “de leche” dos veces al día: por la mañana y, sobre todo, por la noche. Se debe usar una gasa, un dedal de silicona o un cepillo dental de lactantes y la pasta dental debe contener 1000 ppm (partes por millón) de ión flúor. La cantidad de pasta debe ser equivalente al tamaño de un grano de arroz.

De 3 a 6 años: La pasta de dientes debe contener entre 1000 y 1450 ppm de ión flúor y la cantidad debe ser equivalente a un guisante. El cepillado debe ser realizado bajo la supervisión de un adulto para comprobar que se realiza de forma adecuada y que los niños no se tragan la pasta de dientes. En función de la salud bucodental del pequeño y del potencial riesgo de caries, el odontopediatra adaptará esta pauta de flúor.

A partir de 6 años: Pasta dental con 1450 ppm de ión flúor y la cantidad, el equivalente a un guisante. El odontopediatra puede indicar que la concentración de flúor de la pasta pueda incrementarse hasta 5000 ppm en función del riesgo de caries del niño, pero tiene que ser siempre el especialista el que lo prescriba.

En resumen, el flúor es un mineral fundamental para los niños, protege sus dientes y ayuda a revertir signos tempranos de caries. Si tu peque toma una dieta nutritiva, bebe abundante agua y usa pasta dental con ión flúor en la cantidad indicada, recibirá todo el fluoruro que necesita para tener unos dientes sanos. Eso sí, tenéis que supervisar sus cepillados para que no ingieran la pasta de dientes. Y nunca olvidaros de las revisiones con el odontopediatra. Solo el especialista podrá determinar si tu hijo está recibiendo o no la cantidad adecuada de flúor para proteger sus dientes.

 

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