En tiempos pasados, tener una dentadura perfecta podría ser una auténtica odisea de visitas al dentistas y diferentes tratamientos. Hoy en día, lucir una sonrisa perfecta ya es posible gracias a los nuevos tratamientos estéticos indoloros como las carillas dentales. ¿Sabes lo que son?

¿Qué son las carillas estéticas?

Las carillas estéticas, también llamadas facetas dentales, son unas láminas de entre 0’8 y 1’5 milímetros de grosor, que se colocan en la parte visible de las piezas dentales con el fin de ocultar o enmascarar problemas que hayan podido ser ocasionados por infecciones, fracturas de esmalte, cambios de color o cualquier defecto estético que pueda tener el diente.

Se trata, en definitiva, de una reconstrucción de la pieza dental con fines estéticos, que forma parte de los tratamientos odontológicos restaurativos, mejorando así la apariencia externa de la sonrisa. Este método es muy útil, ya que permite cambiar el color, la forma y el brillo de un diente, pero manteniendo un aspecto muy natural.

Además, las carillas aportan resistencia y protección a los dientes, teniendo la dureza de un diente natural. Además, se trata de un tratamiento poco invasivo e indoloro.

Las carillas se pegan mediante potentes sustancias y suelen tener una duración variable según el material y dependiendo de la buena colocación del dentista, así como el cuidado del paciente.
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Los materiales de las carillas pueden ser dos:

  • Composite: Este tipo de carillas se fabrican directamente sobre la pieza dental, aplicando una resina, parecida a la que se usa en los empastes, y se moldea dando forma al diente. Es una opción más económica que la porcelana, pero también menos resistente a la decoloración y deterioro. Su duración suele ser de unos 5 a 10 años. Para alargar todo lo posible la vida de la carilla es aconsejable realizar revisiones periódicas al dentista y limpiezas.
  • Porcelanas: Estas carillas se fabrican previamente en un laboratorio y después son aplicadas al diente, por lo que son más laboriosas en su colocación. Tiene una vida más larga que las carillas de composite, ya que no padecen pigmentaciones ni pérdidas de brillo, su aspecto incluso más natural y el mantenimiento que requieren es algo menor, pero también su precio es algo más elevado.  

¿Para qué sirven las carillas estéticas?

Las carillas son útiles para conseguir muchos fines estéticos, tales como:

  • Cubrir imperfecciones, roturas del esmalte y fracturas parciales de las piezas dentales.
  • Cubrir espacios interdentales, tales como diastemas (separaciones entre los dientes). O para los dientes separados, torcidos o montados, en casos leves, las carillas también pueden servir como solución. Para casos un poco más problemáticos, probablemente se requiera un tratamiento con ortodoncia.
  • Corregir problemas de color, tales como el ennegrecimiento o los dientes amarillos, producto muchas veces del consumo de café y tabaco, cubriendo estas piezas dentales con la carilla.

Corregir la apariencia de dientes que puedan ser demasiado cortos o muy puntiagudos, por ejemplo, cubriendolos y consiguiendo la sonrisa deseada.

Aunque algo mas desconocidos lo cierto en que en nuestra lista también entran los frutos de colores intensos como pueden ser la remolacha o los arándanos y por supuesto no podían faltar en esta lista los condimentos que tengan un alto grado de acidez. En este sentido tenemos al vinagre, una salsa de curry, tomate o soja, todas ellos favoreciendo el desgaste del esmalte.

En cualquiera de estos casos para evitar cualquier tipo de mancha siempre recomendamos enjuagar la boca con agua después de tomar alguno de estos alimentos y por supuesto, cepillarte los dientes después de comer, a ser posible con una pasta blanqueadora.

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